Y llegó el último día del año en un abrir y cerrar de ojos. ¿Qué rápido no? Este fue año diferente, este, fue un año con altos y bajos, inundaciones, terremotos, despedidas, marchas, protestas, con demasiados cambios pero creo que fue para bien.
Viendo el lado lleno del vaso, todo esto nos sirvió para unirnos como amigos a pesar de la distancia, para vernos más como familia, recordar cosas de infancia, fotos pérdidas que no sabíamos que existían, acompañarnos y entendernos a pesar de la diferencia de edad, juntarnos por un mismo pensamiento y un mismo ideal, por el bien nuestro, de nuestros hijos y de nuestras familias.
Siempre he creído que si algo malo sucede es porque se viene un cambio enormemente positivo para todos. Este año nos ha tocado pasar por cambios fuertes pero lo que vendrá para nosotros sólo será lo mejor.
Abracemos a nuestras familias, a nuestros amigos, digamos esas cosas lindas que nos da temor decir, regalemos eso que siempre quisimos regalar, juguemos con nuestros hijos, conversemos con nuestros padres pero sobre todo, perdonemos a los que nos han hecho daño porque al final del día, el que más sufre es el que no ha perdonado.
Este año mandaremos más abrazos al cielo, más personas tenemos ángeles que nos cuidan y nos protegen y a la hora del brindis, un salud será por ellos, por todo lo que no enseñaron en su paso por este mundo y por la fuerza que nos dan para seguir nuestro camino.
Un abrazo a la distancia a todos y recuerden que después de pisar fondo, solo se va cuesta arriba.
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