viernes, 23 de febrero de 2018

My "happy" Valentine's Day


Detalles así, simplemente enamoran. Y no lo digo por que son chocolates sino porque mi esposo sabe que todo lo demás sobra.

Desde joven siempre he sido un poco "rara" en cuanto a mis gustos, no me gustan las flores, no me gustan los peluches, no me gustan los globos y tampoco las serenatas. Él sabe que si me quiere regalar flores tienen que ser en una maceta para cuidarlas y que los peluches, globos y adornos (Para mí)  sólo acumulan polvo y quitan espacio.

Me conoció cuando la palabra cocina significaba sopas o purés instantáneos, lavar la ropa era mandarla a la lavandería, la hamburguesa era vegana y bañarse con agua fría simplemente no existía en mi diccionario. Mi marido AMA la carne y adora el orden, yo soy desordenada y cocino eventualmente con carne de soja la que muy amablemente ha aprendido a comer.

Tiempo después yo también aprendí a comer carne pero animal y por ende me tocó aprender a cocinarla, puedo decir a ciencia cierta que mi marido cocina DELICIOSO y aunque a mí todavía se me quemen las papas fritas (o cualquier cosa frita) aprendí gracias a su sazón.

Aprender a comer carne llevó a cocinarla y por ende a condimentarla, literalmente lloraba cuando me tocaba condimentar pollo porque lo imagino (sí, aún lo hago) comiendo maíz en su casita, cerca a su mamá y de la nada aparece alguien y le corta la garganta, igual me pasa con la vaca y si entro al mercado y veo una cabeza de cerdo prefiero mirar a otro lado porque me los imagino igual. ¡Con el cuy soy peor! Al pobre no lo puedo ver y de más está decir que aún no lo pruebo, verlo así es demasiado para mí, siento como si fuera una falta de respeto para su cadáver...
Un poquito trágica ¿no? Bueno, así era casi todos los días desde que decidí ser mamá 24/7.

He de confesar también que no soy buena para las fechas, varias veces reacciono cuando mi cumpleaños será en dos o tres días y yo recién me entero. Imagínense que si así soy con mi cumple ¡¿Cómo seré con lo demás?! Pero es verdad, soy algo distraída y desmemoriada pero no lo hago con mala intención.

¡Aprendí a lavar! Desde platos y vasos hasta la ropa, bueno en eso aún sigo aprendiendo como quitar una que otra mancha pero ahí vamos, lo que me falta siempre es acordarme de sacar la ropa de la lavadora y tenderla por lo que él se ha acostumbrado a revisarla cada tanto para darme una manito.

También aprendí mucho de gasfitería y todo lo que sea arreglo de la casa, siempre me gustó arreglar cosas y desde que ando aquí descubrí que tengo más cosas que arreglar así que mi hobby se ha vuelto ir de compras a una de esas tiendas grandes de herramientas a ver que de nuevo hay.

Para todo lo que se trate de oficina soy excelente, siempre trabajé así por lo que me es más fácil y menos complicado que estar en casa porque aquí el trabajo nunca acaba pero hago lo que ambos decidimos por la crianza de nuestros hijos, ya tendré tiempo de regresar al trabajo normal cuando crezcan un poquito más.

Es justo por eso que comencé el post diciendo que todo lo demás, sobra. Él me regala algo cada que se le antoja, no necesitamos fechas para demostrarnos el amor y el respeto que tenemos el uno por el otro, no necesitamos de objetos porque hasta con una nota o un mensaje en el whatsapp me alegra el día. Y es que es así, este 14 lo pasé en cama, con un resfrío espantoso y cuando regresó de la oficina me encontró en pijama y ojerosa ¿Y saben qué?  Le importó un comino y me engrió igual que siempre. 

Y es a eso a lo que también iba, no esperen a una fecha importante para hacer un regalo o mostrar un detalle con las personas que quieren, nosotros casi no salimos por la cantidad de gente en estas fechas pero una comida preparada en casa, un abrazo cuando están desprevenidos o a veces solo un momento a solas es un excelente detalle. 

Abrazos a la distancia.

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