Es muy probable que el Lunes muchos de sus peques hayan empezado nido o estén a punto de hacerlo, por lo que la incertidumbre del primer día de clases debe ser enorme.
Recuerdo que cuando Matías fue al nido el primer día estuvo bien pero los demás días comenzó a llorar porque no quería quedarse, fue entonces que comprendí que no lo había preparado lo suficiente para lo que era ESTAR en el colegio.
Comencé a hablar con él, a explicarle que papi lo iba a llevar (no usemos dejar sino llevar) al colegio para que juegue por unas horas con sus amigos y que mami después lo iba a traer a casa para almorzar, que sólo era por unas horas porque en casa no habían niños para que juegue y porque si mami no estuviera segura de que ahí iba a estar cuidado no lo dejaría, empezó a entender más a qué iba y porqué iba.
Claro que este cambio no fue de un día para otro, estuvimos así casi semana y media pero cada día su angustia y la nuestra era menor, hasta que llegó el día en el que nos despidió desde la puerta del colegio y entró feliz a jugar.
Rafaela empezó nido el año pasado y aunque fue más fácil porque ella siempre me acompañó a llevar a su hermano al colegio y entendió de manera tácita que si se quedaba mami siempre la iba a recoger, de igual manera decidimos conversarle días antes y explicarle el proceso para que se sienta familiarizada. Con ella sólo hubo un día de llanto y fue como a las dos semanas por imitación de unos niños que aún lloraban a la hora de ingreso.
Entonces ¿Qué debemos hacer para que tengan un buen inicio de clases?
1. Ante todo es necesario conversar con nuestros peques acerca de lo que va a pasar, a qué van a ir, cuanto tiempo van a estar ahí (pueden decir solo un rato o un par de horas) y quienes los van a cuidar cuando mami o papi no estén.
2. Debemos mantener la calma, si nosotros transmitimos esa ansiedad ellos van a sentir que el lugar al que van no es seguro y por ende no querrán quedarse ahí.
3. Destacar lo mucho que se van a divertir, que van a conocer más amiguitos y que aprenderán cosas nuevas y muy bonitas.
4. Respetemos sus tiempos, es normal que después de clases quiera estar pegado a ti por el resto de la tarde por lo que sería ideal que le puedas dedicar unas horas para que estén juntos y así no sienta una separación tan brusca.
5. Si tu peque te dice que tiene dolores de estómago o de cabeza constantes significa que es su cuerpo el que está mostrando la ansiedad por lo que requiere atención médica.
Recuerda que si tu horario te permite, dediques unos minutos para conversar con los profesores o directores y así conocer si te puedes quedar un tiempo prudente con él en caso de presentar una crisis. Es muy importante que tu peque se sienta seguro y si hace algún comentario "extraño" préstale más atención para saber si algo está pasando.
Abrazos a la distancia.
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